17/2/17

La obesidad provoca cambios en el cerebro que favorecen el sedentarismo

La obesidad provoca cambios en el cerebro que favorecen el sedentarismo

Alteraciones en los centros de recompensa disminuyen la motivación para hacer ejercicio físico

lavanguardia.com.-Elsa Velasco

Ir más al gimnasio es un clásico de los propósitos de año nuevo, pero no siempre es fácil mantenerlo a largo plazo. Según un estudio que publicó ayer la revista Cell Metabolism , quienes sufren obesidad podrían ser más propensos a que les flaquease la motivación.

La investigación, realizada en ratones, ha revelado que los animales obesos tienen alteraciones en los centros de recompensa del cerebro. Estas regiones son claves para generar motivación para completar una tarea que nos resulta gratificante. Concretamente, los científicos han descubierto que en los ratones obesos disminuye la sensibilidad a la dopamina, un neurotransmisor, en un grupo de neuronas de los centros de recompensa.

Los investigadores alimentaron a los ratones con una dieta muy rica en grasas; a los cuatro meses, doblaban en peso a sus compañeros que habían tenido una alimentación normal y recorrían una distancia un 40% menor dentro de sus jaulas. No sólo se movían menos tiempo, sino que además sus movimientos eran más lentos.

Los autores relacionaron estos cambios con alteraciones en la dopamina, que también se asocia con la disminución de movimientos en el párkinson. Así, reducir artificialmente la señal de este neurotransmisor en ratones delgados los volvía más sedentarios. Sin embargo, eso no los hacía más propensos a ganar más peso, lo cual significa que la falta de ejercicio en la obesidad no lleva necesariamente a engordar más, aunque sí reduce el riesgo de otros problemas de salud como la diabetes de tipo 2 o las enfermedades cardiovasculares.

Por otra parte, cuando los investigadores recuperaron la señalización de la dopamina en las neuronas implicadas, los ratones obesos comenzaron a moverse tanto como los delgados. Eso demuestra también que ni el peso extra ni las grasas dificultan el movimiento en la obesidad.

“Nuestros resultados ayudan a entender por qué es tan difícil para la gente hacer más ejercicio”, declara por correo electrónico Alexxai Kravitz, investigador de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos que ha liderado el trabajo, aunque pide prudencia al extrapolar los resultados. “Pese a que se han observado cambios similares en el sistema de la dopamina en personas con obesidad, los resultados en humanos son más variables y todavía hay que investigar más para explorar la relación entre la dopamina y el sedentarismo en personas”, señala.

En estos momentos los autores aún están trabajando en descifrar el mecanismo biológico que altera las señales de la dopamina en la obesidad. “A largo plazo esperamos poder proporcionar soluciones para ayudar a mantener la motivación de hacer ejercicio, pero por ahora nuestro trabajo se ha centrado en esclarecer por qué es tan difícil”, concluye Kravitz.


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